jueves, 31 de enero de 2013

ORIGENES DEL MUSICAL 2 (Opera ligera y movimientos nacionalistas. Siglo XIX)


Durante el siglo XIX el género operístico europeo se direcciona en movimientos y formas claramente nacionalistas, algunas de ellas muy populares, por lo que juegan un papel primordial en el desarrollo inmediato del musical del siglo XX. Estos movimientos nacionalistas incluyen el florecimiento de la Opereta francesa y vienesa; la Zarzuela Española; la ópera italiana de Giuseppe Verdi; las óperas cómicas de Gilbert y Sullivan en Inglaterra;  la ópera rusa de Mijail Glinka, Modest Mussorgsky, P.I. Tchaikovsky y Alexander Borodin; la ópera sueca de Ivar Hallström y Anders Hallén, la ópera húngara de Ferenk Erkel, la checoslovaqua de Frandrisek Skroup, Bedrich Smetana, Antonin Dvorak y Leos Janácek.

Nos detendremos a continuación en los que considero de mayor relevancia hacia el nacimiento del musical moderno.

A-FRANCIA: “La opereta en el siglo XIX era una combinación de historia sentimental o romántica contada en diálogo hablado, música y danza, que pretendía más divertir que edificar. De origen francés, sus raíces proceden de los primeros días de la opéra-comique. La tradición de música ligera para entretenimiento, que empezó entonces, se prolongó en las obras de compositores del siglo XVIII, como Grétry, Monsigny y Philidor. Su música está emparentada con la de la comedia musical en ritmo y ligereza de textura. Otros compositores franceses durante la primera mitad del siglo XIX, cuyas obras oscilan en las fronteras entre ópera y opereta, son Adolphe Adam con LE POSTILLON DE LONGJUMEAU (1836), Albert Grisar con PANTALON (1851), Antoine Louis Clapisson con LA FRANCHONNETTE (1856) y Víctor Massé con GALATÉE (1852) y LES NOCES DE JEANETTE (1853). Estas obras, sin pretensiones y más bien frívolas, prepararon el camino para el pleno florecimiento de la opereta en la favorable atmósfera del segundo imperio (1852-1870).” [1]

LES NOCES DE JEANETTE Victor Massé (1822-1884) / Jacques Offenbach(1819-1880)
BarokOpera. Amsterdam. 2008

El principal protagonista de la Opereta en éste período napoleónico, y el nombre clave en el género de la Opereta francesa, es Jacques Offenbach (1819-1880). Por su nacimiento fue alemán; por su vida, francés. Offenbach fue un hombre de teatro en todo el sentido de la palabra; no sólo fue compositor, sino también director de escena, empresario y descubridor de talentos.  
Jacques Offenbach (1819-1880)


Por la época del segundo imperio, Napoleón impuso un plan en que controlaba qué tipos de espectáculos se podían representar en los teatros, y limitaba a los teatros pequeños a no tener más de cuatro intérpretes. Offenbach burló ingeniosamente éstas disposiciones, luchando contra el sistema imperante, y sus primeros espectáculos se produjeron en salas muy pequeñas o sitios hábilmente utilizados para tal fin.

En 1855 fundó el teatro de los Bouffes-Parisiens, una pequeña estructura de madera en los Campos Elíseos, donde comenzó a dar al público la serie de sus operetas. “Se trasladó posteriormente a otro, casi igual de pequeño, en el Boulevard des Italiens. Allí en 1857 tuvo su primer éxito resonante ORPHÉE AUX ENFERS, una sátira extraordinariamente hábil del ORPHÉE de Gluck. Le siguieron un asombroso número de obras, casi cien: ingeniosas, satíricas, al día, que parodiaban a música y músicos más serios, ridiculizando la pomposidad. Entre la más conocidas se cuentan LA BELLE HÉLENE (1864), LA VIE PARISSIENNE (1867) y LA GRANDE DUCHESSE DE GÉROLSTEIN (1867). Su última y mas ambiciosa obra fue LES CONTES D’ HOFFMAN (1881), que es una ópera romántica de una categoría absolutamente diferente. La fama de Offenbach y su música se extendió enseguida más allá de París, a Londres y a Viena, la ciudad que se convertiría en el centro por excelencia de la opereta.” [1]  

La Belle Helene- Dessins de Darjou. 1865



Les Contes d'Hoffman- Barcarolle


B-AUSTRIA: Entre 1860 y 1930 la opereta vienesa proporcionó una mezcla maravillosa de entretenimiento escapista construida alrededor de argumentos poco comunes y de estilo elegante, música pegajosa y la elegancia del vals vienés como eje central.
Aunque la música era regularmente vienesa, la fuente de los argumentos era a menudo francesa, como es el caso del primer gran éxito de éste fenómeno: DIE FLEDERMAUS- EL MURCIÉLAGO (1874), del compositor Johann Strauss hijo (1825-1899), quien ya había registrado algunas operetas de talla prematura frente al anterior. A éste éxito le sucedieron una serie de operetas vienesas de Strauss y otros autores, que no sobresalieron tanto hasta la renovada frescura que se siente en el gran éxito de DIE LUSTIGE WITWE-LA VIUDA ALEGRE (1904) del compositor húngaro Franz Lehár (1870-1948), basado también en un argumento original francés.
EL MURCIELAGO. Obertura 

LA VIUDA ALEGRE
Angélica María y Saúl Lizaso
Dueto Ana y Danilo. México. 1993

Otros éxitos posteriores destacados del repertorio vienés incluyen: DER TAPFERE SOLDAT-EL SOLDADO DE CHOCOLATE (1908) con música de Oscar Strauss (1870-1954), LA PRINCESA DEL DÓLAR (1907) con música de Leo Fall y AMOR GITANO de Lehár. La opereta vienesa llevó una existencia más precaria después de la Primera Guerra Mundial que separó Austria de Hungría, y decayó prontamente, en medio de la evidente diferencia entre el duro mundo real que vivía Austria en ese momento y los dulces, pero falsos, ensueños teatrales de los espectáculos de la Opereta vienesa.
THE CHOCOLATE SOLDIER
 Programa de mano. Broadway. 1934

File:The Chocolate Soldier FilmPoster.jpeg
THE CHOCOLATE SOLDIER
Póster de la película musical. 1941

C-ESPAÑA: España, en contraste a un vasto legado literario y teatral en los siglos XVI y XVII, no registra grandes nombres en la historia operística por entonces. Lo poco que se registra son algunas colaboraciones de los famosos dramaturgos del siglo de oro español con espectáculo que incluían en gran medida una participación musical. Por ejemplo, se representó una “égloga pastoral” de Lope de Vega en la corte de Felipe IV en 1629, que era, al parecer, enteramente cantada, aunque la música se ha perdido. Espectáculos como éste se siguieron representando en un teatro llamado La Zarzuela, cerca de Madrid. Esta palabra, Zarzuela, dará nombre al género característico de la ópera o teatro musical español por naturaleza. Obras del siglo XVIII como LAS SEGADORAS DE VALLECAS (1768) y LAS LABRADORAS DE MURCIA (1769), del poeta Ramón de la Cruz y del compositor Rodríguez de Hita, están inspiradas en escenas de la vida aldeana, y la música explotaba canciones y bailes típicos españoles.

“Otro acontecimiento lo constituyó el surgimiento de la tonadilla. Comenzó por ser simplemente una canción, transformándose en un dueto o diálogo, que la llevó hacia la esfera de lo teatral, a partir de la cual evolucionó hacia una pequeña opereta, que duraba entre diez y veinte minutos, de carácter parecido al intermezzo napolitano. No sólo se inspiraba en la música tradicional nativa, sino que usaba “tipos”, como en la commedia dell’arte, y hacía un uso abundante de diálogos improvisados y episodios chistosos. Era un arte efímero, escrito para un día y luego olvidado. Unas dos mil de estas obras se conservan sólo en Madrid. La tonadilla no sobrevivió al siglo XVIII. [1]

Teatro de la Zarzuela en Madrid

La Zarzuela primitiva tuvo un resurgimiento clave en Madrid a final del siglo XIX, gracias a la inauguración en 1856 del Teatro de la Zarzuela.
“La música folclórica española es regional –catalana, vasca, Navarra, gallega, andaluza y demás-. La música de una verdadera zarzuela debe limitarse a la de la provincia donde se desarrolla.” [1]
LA ROSA DEL AZAFRAN
Las Espigadoras. Fundación Arte Lírico. Bogotá. 2008

“Hay dos tipos de zarzuela: la zarzuela grande, un espectáculo vespertino, en tres actos; y el género chico, en un acto. Este último es habitualmente cómico, el primero más serio.” [1]

LA LEYENDA DEL BESO
Intermedio de la Zarzuela

Los títulos y personajes de la Zarzuela española merecen un estudio detallado y completo que detallaremos en otro momento, dada su importancia para el teatro musical latinoamericano.

Dada nuestra fuerte influencia española, incluso más fuerte a principios del siglo XX, la zarzuela se cultivó a lo largo de toda latinoamérica, mediante la presentación de compañías españolas en gira y la incursión de creaciones autóctonas. Por Buenos Aires, Ciudad de México, Bogotá y Caracas encontramos zarzuelas originales creadas en el principio del siglo XX; sin embargo su desarrollo particular en Cuba, merece un capítulo aparte y un estudio profundo de la evolución respectiva que tuvo el género en la isla.

D-INGLATERRA: Un dueto de compositor y libretista darían los principales exponentes de la opereta inglesa en la época victoriana y establecerían desde ahí una tradición muy común de asociar la creación de obras del teatro musical mediante ésta figura de "dupla" de colaboración estable, sin duda replicada posteriormente en nombres como Rodgers & Hammerstein, Kander & Ebb, Bock & Harnick, Lloyd Webber & Rice, etc. y en latinoamérica Cibrián & Mahler.

Hablamos del dueto Gilbert & Sullivan con una producción bastante reconocida de catorce operetas.. El libretista era W.S. Gilbert (1836-1911) y el músico Arthur Sullivan (1842-1900). Las operetas eran muy coloridas, llenas de sátira política y lo que mencionan los historiadores como "un mundo al revés", donde el orden social está totalmente alterado.



THE PIRATES OF PENZANCE

Dada la relación inglesa con los Estados Unidos, hay mucha influencia de éstas operetas en norteamerica y son un referente importante en la historia del teatro musical, particularmente en New York. Obras tan populares como THE PIRATES OF PENZANCE han tenido varias temporadas en Broadway e incluso se han llevado a la pantalla grande en películas musicales modernizadas.



REFERENCIAS:
(1) ORREY, Leslie.
Revisada y actualizada por Rodney Milnes.
LA OPERA. Una breve historia.  Segunda edición.
Ediciones Destino. Thames and Hudson. 1972-1987

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